1. Deja tu necesidad de tener siempre razón. Muchos
de nosotros no podemos soportar la idea de equivocarnos, esperamos
tener siempre razón, incluso a riesgo de terminar con estupendas
relaciones o causar un gran estrés o dolor a nosotros mismos y a los
demás. No merece la pena. Cada vez que te sientas en la necesidad de
comenzar una discusión sobre quién tiene razón y quién está equivocado,
pregúntate a ti mismo: “¿Prefiero tener razón, o prefiero ser amable?”
(Wayne Dyer). ¿Cómo cambiaría la situación? ¿Es tu ego realmente tan
grande?
2. Deja tu necesidad de control. Deseando
que abandones tu necesidad de controlar siempre todo lo que te pasa a
ti y lo que pasa a tu alrededor: situaciones, acontecimientos, gente,
etc. Sean aquellos a los que quieres, tus compañeros de trabajo o
simples desconocidos con los que te cruzas por la calle, simplemente
permíteles ser. Permite a todo y a todos ser como son y verás cuánto
mejor te hace sentir. “Dejándolo fluir todo llega. El mundo lo ganan
aquellos que lo dejan ir. Pero cuando lo intentas y lo intentas el mundo
acaba ganando” (Lao Tzu).
3. Deja de buscar culpables. Deja
tu necesidad de culpar a otros de lo que tienes o no tienes, de cómo te
sientes o no te sientes. Deja de regalar tus poderes y empieza a
hacerte cargo de tu vida.
4. Deja tus pensamientos autodestructivos. ¿Cuántas personas se hacen daño a sí mismas con su forma de pensar autodestructiva, negativa, contaminada y repetitiva?
No te creas todo lo que dice tu mente, especialmente si es
negativo y autodestructivo. Eres mejor que eso. “La mente es un
instrumento magnífico si se usa correctamente. Sin embrago, usado de
manera inadecuada se vuelve muy destructivo” (Eckhart Tolle).
5. Deja tus creencias limitantes sobre lo que puedes o no puedes hacer,
sobre lo que es posible o imposible. A partir de ahora no permitirás
que tus creencias limitantes te mantengan clavado en el lugar
incorrecto. ¡Despliega tus alas y vuela! “Una creencia no es una idea
atrapada por la mente, es una idea que atrapa a la mente” (Elly
Roselle).
6. Deja de quejarte. Deja
tu constante necesidad de quejarte de todas, todas, todas esas cosas,
personas, situaciones, acontecimientos, que te hacen sentir infeliz,
triste y deprimido. Nadie puede hacerte infeliz, ninguna situación puede
hacer que te sientas triste o abatido a menos que tú lo consientas. No
es la situación la que hace que se disparen esos sentimientos, sino como
eliges verla. Nunca subestimes el poder del pensamiento positivo.
7. Deja el lujo de la crítica. Deja
tu necesidad de criticar cosas, acontecimientos o personas que son
distintas a ti. Todos somos diferentes, sin embargo somos lo mismo.
Todos queremos ser felices, todos queremos amar y ser amados y todos
queremos ser comprendidos. Todos queremos algo, y hay algo deseado por
todos nosotros.
8. Deja tu necesidad de impresionar a los demás. Deja
de intentar tan duramente ser alguien que no eres para agradar a los
demás. No funciona de esa manera. En el momento en que dejes de intentar
ser alguien que no eres, el momento en el que te quites todas tus
máscaras, el momento en que aceptes y adoptes tu realidad, encontrarás
gente a la que atraer, sin esfuerzo.
9. Deja tu resistencia al cambio. El
cambio es bueno. Cambiar te ayudará a hacer mejoras en tu vida y
también en las vidas de aquellos que te rodean. Sigue tu dicha, adopta
el cambio, no te resistas. “Sigue tu dicha y el universo abrirá para ti
las puertas donde antes sólo había muros” (Joseph Campbell).
10. Deja las etiquetas. Para
ya de etiquetar esas cosas, acontecimientos o personas que no entiendes
como son tan raras o diferentes, e intenta abrir tu mente, poco a poco.
La mente sólo funciona cuando está abierta. “La mayor forma de
ignorancia es cuando rechazas algo de lo que todavía no sabes nada”
(Wayne Dyer).
11. Deja atrás tus miedos. El
miedo es sólo una ilusión, no existe, tú lo creas. Está en tu mente.
Corrige el interior y el exterior se pondrá en su sitio. “Lo único que
debemos temer es al propio miedo” (Franklin D. Roosevelt).
12. Deja tus pretextos. Desactívalos
y despáchalos. Ya no los necesitas. Muchas veces nos limitamos por las
muchas excusas que utilizamos. En vez de crecer y trabajar y mejorarnos a
nosotros mismos y nuestra vida, nos quedamos clavados, mintiéndonos a
nosotros mismos con toda clase de excusas, que el 99,9% de las veces ni
siquiera son reales.
13. Deja atrás el pasado. Lo
sé, lo sé. Es difícil. Sobre todo cuando el pasado es muchísimo mejor
que el presente y el futuro parece tan aterrador, pero tienes que tomar
en consideración el hecho de que el momento presente es todo lo que
tienes y todo lo que vas a tener. El pasado que estás añorando, el
pasado con el que estás soñando, fue ignorado por ti cuando era
presente. Deja de engañarte. Estate presente en todo lo que haces y
disfruta la vida. Después de todo la vida es un viaje, no un destino.
Ten una visión de futuro, prepárate, pero mantente siempre presente en
el ahora.
14. Deja los apegos.
Este es un concepto difícil de entender para muchos de nosotros y tengo
que decirte que para mí también lo es (todavía lo es) pero no es algo
imposible. Lo irás haciendo mejor y mejor con el tiempo y la práctica.
El momento en que te desapegues de todas las cosas (y esto no significa
que pierdas tu amor por ellas, porque el amor y el apego no tienen nada
que ver; el apego viene del miedo mientras que el amor bueno, el amor
real es puro, cálido y desinteresado, donde hay amor no puede haber
miedo, y por eso, el amor y el apego no pueden coexistir) te volverás
tan tranquilo, tan tolerante, tan amable y tan sereno. Llegarás a un
lugar en el que serás capaz de entender todas las cosas sin ni siquiera
intentarlo. Un estado más allá de las palabras.
15. Deja de vivir tu vida en función de las expectativas de otras personas. Demasiadas
personas están viviendo una vida que no es la suya. Viven sus vidas de
acuerdo con lo que otros creen que es lo mejor para ellos, viven sus
vidas de acuerdo con lo que sus padres creen que es mejor, sus amigos,
sus enemigos y profesores, su gobierno o los medios de comunicación.
Ignoran su voz interior, su llamada interna. Están tan ocupados
complaciendo a todo el mundo, viviendo para cumplir las expectativas de
otras personas, que pierden el control sobre su vida. Olvidan lo que les
hace felices, lo que quieren, lo que necesitan y, finalmente, se
olvidan de sí mismos. Tienes una vida, esta de ahora, debes vivirla,
adueñarte de ella, y sobre todo, no dejes que las opiniones de los demás
te alejen de tu camino.
Fuente original en inglés: www.purposefairy.com
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